martes, 16 de octubre de 2012

Tablets para el fomento lector

"El reclamo de docentes y directivos apunta al 'cómo' integrar estos recursos en sus prácticas pedagógicas, donde las TIC sean un aporte a la clase".

Es común pensar que las innovaciones solo son genialidades de algunos iluminados, que instalan grandes avances en el mundo: el desarrollo de un nuevo conocimiento científico o la creación de un instrumento tecnológico. Eso es efectivo, pero también la articulación de varios elementos y procesos que existían de forma aislada, y que su conjugación genera un nuevo valor; un resultado mayor que la suma de sus partes.

En esta forma de innovar se inscribe el proyecto "Libros digitales como herramienta de progreso: plan piloto" que llevó a cabo el GORE en conjunto con la SEREMI de Educación de la VI Región, que tenía como objetivo central explorar el impacto que podría generar en el hábito lector de los estudiantes, incorporar un medio digital.

Es usual ver en la prensa donaciones a las escuelas de diversos equipamientos tecnológicos. Estas donaciones, más la provisión de Enlaces, nos indicaría que contar con recursos tecnológicos hoy en las escuelas no es un problema. Me refiero a proyectores, pizarras digitales interactivas y laboratorios móviles Computacionales (LMC), además del ya tradicional laboratorio computacional. El reclamo de docentes y directivos apunta al "cómo" integrar estos recursos en sus prácticas pedagógicas, donde las TIC sean un aporte a la clase, mientras generalmente solo reciben capacitación para el uso funcional del equipamiento, es decir su manejo mecánico. Demandan modelos, capacidad de identificar las oportunidades educativas de estos equipamientos y este es un factor que puede hacer la diferencia entre tener los equipos guardados o dentro del aula.

El proyecto mencionado, adjudicado por el CIE de la Fundación Chile, cabía en el marco de una de nuestras líneas de acción que se llama "Escuela Digital". Este consistió en entregar estrategias metodológicas para el fomento lector a tres escuelas de la VI Región (Escuela F-451 de Chimbarongo; Escuela P. Miguel Bustamante de San Vicente de TT y la Escuela Quelentaro de Litueche) y 8 Tablets (Samsung Galaxy Tab) a cada una de ellas. Los dispositivos estaban cargados con 47 hermosos libros de autores de distintos lugares del mundo, destinados a lectores entre 4 y 12 años. Además, una base de datos con más de 250 títulos de la literatura universal, susceptibles de ser descargados sin costo. Los docentes tenían la posibilidad de usarlos en sus clases y los estudiantes como usuarios del CRA (Centro de recursos para el Aprendizaje).

En los niños se produjo una enorme fascinación y en los docentes también, pero con algo de aprehensión: ¿por qué tendría que dejar mis buenas prácticas?, y si se desbanda la disciplina, ¿qué hago con las pelucas y gorros que uso para representar lo leído. Todas aprehensiones muy válidas, pues integrar una innovación de esta naturaleza implica ajustes en la forma de hacer clases. Sin embargo creo que la motivación de los alumnos es una gran oportunidad que no se puede desperdiciar, así como tampoco se pueden desperdiciar los años de experiencia que han ido refinado las prácticas docentes. Pelucas, tablets y libros pueden convivir armónicamente, pues no hay que perder de vista que son sólo un medio, pero con características y potencialidades diferentes.
Paulina Cornejo

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